Con muchos navegantes ya sabéis, uno de los elementos más importantes a tener en cuenta en una embarcación es que éste equilibrada, esto significa, que cuando navegamos el barco siga su rumbo sin tensiones para orzar o arribar.
Con muchos navegantes ya sabéis, uno de los elementos más importantes a tener en cuenta en una embarcación es que éste equilibrada, esto significa, que cuando navegamos el barco siga su rumbo sin tensiones para orzar o arribar.
En la Costa Brava, existe una tienda que artículos alimenticios “gourmet” que en su escaparate han optado por la decoración náutica mezclados con artículos propios, y aqui está el resultado.
Los faros son puntos inhóspitos, vigilantes incasables de los navegantes, siempre ayudándolos en su ruta de regreso al hogar para que no se extravíen en el mar. Pero, adicionalmente, permiten observar el océano en toda su inmensidad, con su afabilidad, su bonanza y también su furia. Despertar, una vez que ha descansado en uno de ellos, es una vivencia notable que, por otra parte, es factible vivirla. Y es que en decenas de faros de todo el mundo, han sido rehabilitados y reformados en pequeños y cariñosos hoteles. Una gran idea novedosa que ofrece la opción de pernoctar una noche de ensueño en sitios brutales y únicos. Podrá vivir algunos estereotipos de estos admirables emplazamientos, casi acolchados por el manto del mar. Algunos de éstos faros son los siguientes.
Faro de la Isla de Pancha
En España, en marzo 2017, se inauguró el primer hotel en un faro en la Isla de Pancha, en Ribadeo (Lugo). El antiguo faro ubicado en del islote, de planta cuadrada, estaba en funcionamiento hasta el año 1983, año en que se construyó en sus inmediaciones otro faro cilíndrico de franjas blancas y negras.
Sin embargo, por temas de seguridad, el islote se cerró al público desde 1984 hasta que, con la debida autorización, empezaron las obras para la rehabilitación de ambos faros como hoteles turísticos.
Faro de la Isla de Pancha en Ribadeo, Galicia (arousa / Getty Images/iStockphoto)
El Hotel Faro Isla de Pancha tiene de dos pequeños apartamentos distintos, completamente equipados y con capacidad para cuatro adultos cada uno, además de una área de jardín exclusivo y privado.
Esta iniciativa fué creada con la intención de dar a los huéspedes la oportunidad de disfrutar del grandioso paisaje en un clima de retiro y desconexión.
Faro de Corsewall, Escocia
En Escocia del sur, en la punta oeste de la zona de Galloway, se halla el Hotel Corsewall . Un faro decimonónico que aún funciona.
Dispone de 11 habitaciones, varias suites entre ellas. Las majestuosas vistas están aseguradas, ya sea mirando al mar o a los prados verdes que se encuentran a su alrededor.
Faro de Corsewall en Escocia (Andy Muir / Flickr)
El restaurante adyacente forma parte del Corsewall Hotel y en él se puede realizar los desayunos, almuerzos, cenas y, por supuesto, tomar el té, no podía olvidarse de la costumbre británica. La comodidad es primordial en éste Hotel de descanso y paz.
Faro de Porer, Croacia
A dos mil metros de la península de Premantura, en la costa de Croacia, hay una pequeña isla en el que se halla el faro de Porer, un edificio de 35 metros de altura que funciona aún, pero totalmente rehabilitada por dentro para ser utilizado como alojamiento.
El faro se divide en dos apartamentos para cuatro adultos totalmente equipados. El precio de pasar una noche en este sitio tan especial es alrededor de los 130 euros por noche en alta temporada, mientras que en otras temporadas del año no supera los 100 euros.
Faro de Porer, Croacia (m.prinke / Wikimedia Commons)
Para llegar a Porer hay que pagar un barco que sale desde Premantura, que puede tardar una media hora navegando y 100 euros por el alojamiento.
El islote se puede rodear en un solo minuto, pero la espectacularidad de su ubicación, en medio del mar, ofrece unos inigualables atardeceres.
COMPRAR REPRODUCCIONES DE FAROS AQUÍ
Faro de Palagruža, Croacia
En el mar Adriático, entre las costas de Croacia e Italia, se halla la isla de Palangruža. En el punto más alto, a unos 50 metros, se halla el faro con idéntico nombre que ahora es un hotel para un turista algo distinto.
Faro de Palagruža, Croacia (Adam Sporka / Wikimedia Commons)
Debido a su altura y la compleja orografía, no se aconseja que visiten el faro personas mayores o con discapacidad física. El hotel consta de dos amplias habitaciones para cuatro adultos y totalmente equipadas.
De julio a septiembre, alojarse en este impresionante islote cuesta alrededor de 650 euros, un capricho de verano que en los meses de invierno puede tener un coste de solo 70 euros. Desde el puerto de Korcula Hay un barco hacia el faro de Palangruža. El trayecto tarda unas tres horas y cuesta 700 euros por apartamento.
Disfrutar de la playa es posible en la misma isla, ya que existen dos playas totalmente validas para bañarse y habilitadas para ello. Una está en el norte y la otra en el sur de la isla.
Faro de Ryvingen, Noruega
En Noruega hallamos el faro de Ryvingen , en un pequeño islote al sur de la isla de Skjernøy. Se construyó en 1867, pero fue en el 2002 cuando se rehabilitó como hotel de ocho habitaciones, con salón y cocina común para hasta 60 adultos. Existe un baño exterior, pero el faro de Ryvingen no dispone de servicio de ducha, y tampoco ofrece transporte hasta la isla.
Faro de Ryvingen, Noruega (Tregde Feriesenter / Wikimedia Commons)
En alta temporada los precios deben ser consultados directamente en el hotel, en las otras temporadas acomodarse en el faro cuesta unos 32 euros por persona.
Es un sitio único para disfrutar con amigos y descubrir la isla noruega más septentrional del país.
Bengtskär, Finlandia
Separada a 25 kilometros de la ciudad de Hanko, justo en la entrada del golfo de Finlandia encontramos el faro de Bengtskär, el más alto del país: un imponente faro de 52 metros de altura que fué construido en 1906 y reformado en los años 90.
Es uno de los sitios de más de interés del mar Báltico en donde disponen hasta de servicio de correos y tiendas de souvenirs.
Faro de Bengtskär en Finlandia (Miguel Virkkunen Carvalho / Flickr)
Tiene seis habitaciones acondicionadas como hotel, y todas ellas mantienen la armonía del lugar donde se encuentran. El precio por una persona es aproximadamente de 120 euros. En el precio se incluye el desayuno y derecho al uso de la sauna.
Visitando el faro de Bengtskär puede conocer de cerca el valor paisajístico, la cultura y la historia finlandesa, y disfrutar de un extraordinario entorno.
COMPRAR REPRODUCCIONES DE FAROS AQUÍ
Faro Roter Sand, Alemania
Desafiando a la rudeza del salvaje mar del Norte se construyó, en 1885, el faro de Roter Sand, cerca de la costa de alemania. Desde 1987, y tras una gran reforma, es un hotel turístico muy particular donde solo se puede llegar en barco y con unas medidas de seguridad muy estrechas.
La entrada al faro se encuentra en la parte baja de la franja blanca. Esa primera area sirve de sótano, en el piso superior se encuentra el dormitorio, y arriba se halla la cocina y un comedor pequeño con acceso a un balcón con impresionantes vistas al mar.
Faro de Roter Sand en Alemania (Kirstin / Wikimedia Commons)
Acomodarse una noche puede costar hasta 625 euros por persona. El tiempo es una variante a tener en cuenta al alojarse en Roter Sand, ya que un día con mucho viento puede complicar que los huéspedes abandonen el faro.
Se trata de un emplazamiento singular con el mar a sus pies literalmente.
Faro de Belle Tout, Reino Unido
Con vistas al canal de la Mancha y con unos prados impresionantes a su alrededor se halla el faro de Belle Tout en el acantilado de Cabo Beachy.
El hotel dispone de seis habitaciones, y todas decoradas con motivos marineros y elementos muy británicos. Aunque de la sensación que alrededor no hay nada absolutamente, a tan solo unos minutos en coche se encuentran diversos restaurantes y cafeterías.
Faro de Belle Tout en Inglaterra (Nilfanion / Wikimedia Commons)
El precio del alojamiento en este inigualable paraje oscila entre los 130 y los 250 euros, dependiendo de la época del año.
Desde Belle Tout se puede ir a algunas playas escondidas de la zona, o hacer caminadas guiadas por los Seven Sisters (‘seis hermanas’), unos acantilados que se hallan en la zona inglesa del canal de la Mancha donde está el faro.
Faro de Heceta Head, Estados Unidos
Al puro estilo americano, en Florence, en el estado de Oregón, está el faro de Heceta Head, un lugar sin igual al lado del Pacífico.
Tiene seis habitaciones, y es un reclamo muy especialmente para los que se acaban de casar y para los que desean celebrar su boda en un sitio muy exclusivo como éste.
Faro de Hecet Head en Oregon, Estados Unidos (Rennett Stowe / Flickr)
Lo más conocido del faro de Heceta Head es el desayuno, ya que consiste en siete platos creados por los cocineros del alojamiento y que se van modificando con a las estaciones del año.
Faro de Pigeon Point, Estados Unidos
Entrar en el jacuzzi con vistas al océano Pacífico, relajarse y quedarse dormido sobre el océanoes lo que puede encontrar en el faro de Pigeon Point, en la ciudad californiana de Pescadero.
Acomodarse aquí cuesta entre 23 y 27 euros si se escojen las habitaciones múltiples; una habitación privada para dos personas puede costar entre 70 y 160 euros, precio en el que están incluidos servicios como wifi o el aparcamiento.
Pigeon Point tiene el certificado de green business (negocio ecológico), y entre sus valores está el respeto al medio ambiente y la promoción de la zona.
Faro de Pigeon Point en la localidad de Pescadero, California, Estados Unidos (Grant Montgomery / Flickr)
COMPRAR REPRODUCCIONES DE FAROS AQUÍ
Fuente: La Vanguardia
Us desitgem tot el millor per aquest 2018
We wish you all the best for this 2018
Os deseamos todo lo mejor para este 2018
Nous vous souhaitons tout le meilleur pour cette année 2018
Desejamos-lhe o melhor para este 2018
Galicia es mundialmente conocida por muchas cosas, pero si hay una que sobresale por encima de todas es el Camino de Santiago. Pero Galicia es mucho más. Es por ello que Portos de Galicia está haciendo una apuesta muy fuerte por el turismo náutico.
Situada en un lugar estratégico en Europa, es de paso obligado para todos los barcos que navegan desde cualquier punto de las islas británicas y del continente en su vertiente atlántica camino de América y África. Por este motivo el filón puede ser importante, pero para ello hay que promocionar que es un punto de visita, parada o escala que merece la pena.
En las últimas semanas Galicia, y en concreto el Monte Real Club de Yates de Baiona y su magnífico parador han acogido sendos congresos donde los puertos y la náutica han sido objeto de exposición y debate. Primero fue el Galicia, Atlantic Destination, en octubre y después el Congreso Ibernáutica, en noviembre.
El Galicia, Atlantic Destination estuvo dirigido a profesionales, marinas y clubes náuticos de toda Europa, con una amplia participación de representantes llegados desde Gran Bretaña, Irlanda, Francia, Portugal, Suecia, etc…y que después de dos días, muchos de ellos descubrieron las posibilidades que tiene Galicia y sobre todo sus magníficas rías como destino náutico y turístico. El congreso estuvo marcado por explicar lo que pueden ofrecer los puertos gallegos y después los congresistas pudieron vivir sobre el terreno una excursión en barco por la ría de Arousa.
El congreso de Ibernáutica fue más en clave interna, pero no por ello menos interesante. Incluido dentro de las actividades de la Semana Abanca de Vela y Remo, tuvo como tema central el debate y la exposición dirigida sobre todo a los clubes gallegos. Para ello hubo ponentes llegados de distintos puntos de España para explicar otras experiencias y poder de esta forma seguir enriqueciendo y sobre todo aumentando el conocimiento, con mesas técnicas, científicas y turísticas.
Lo que está claro es que Galicia se está moviendo, y abre sus puertas al mundo náutico y además lo hace con un socio preferente, el Monte Real Club de Yates de Baiona, que ha sido desde siempre el gran referente náutico-deportivo a nivel nacional e internacional. Además la ilusión que le ponen tanto su presidente, José Luis Álvarez –al que tuve la oportunidad de conocer durante el Galicia, Atlantic Destination- y su junta directiva, y sobre todo lo que transmiten, demuestran que son un club que hoy por hoy está muy por delante de lo que estamos acostumbrados.
jaume Soler
jaumesoler.net
Fue a principios de 1800 que la gente comenzó a acudir a las playas para disfrutar del mar. Con la introducción de los ferrocarriles, las playas del lado del mar llegaron a ser aún más populares para las temporadas soleadas. Junto con este nuevo pasatiempo exterior surgió la necesidad de una prenda elegante para el señor y la señora privilegiada de la moda. Aquí seguiremos el camino de la historia del traje de baño, que comenzó mucho antes del bikini moderno.
En el siglo XVIII:
Aunque bañarse en el mar estaba de moda en el siglo XVIII, se consideró apropiado mantener la piel blanca e intacta por el sol. En ésta fotografía de la moda de 1797 muestra a dos señoras protegidas con sombreros, chales y guantes que se acercan a un grupo de cabinas de baño, una especie de cabaña sobre ruedas. Es conocido que las señoras se cosían pesas en el dobladillo de sus faldas del bañador para evitar que la ropa flotara en el agua y mostrara sus piernas. La vergüenza dominaba la moda.
Era de la regencia:
El comienzo del siglo XIX marcó el comienzo de una revolución en el traje de baño cuando las mujeres acudieron a las playas para la disfrutar del mar. Una revista de moda de 1810 describe el atuendo apropiado:
Vestido de moda para pasear en el mar – La Belle Assemblee Fashions, Sept 1810
Un vestido blanco francés, o muselina de color rosa pálido, con mangas largas, y puños antiguos de fina muselina blanca que se usan sobre los trajes, que se arreglan igual que la parte inferior del vestido. Con bordes de color verde pálido, y ricas sedas de borlas, con guantes de cabello pálido y sandalias de amarillo pálido o blanco, completan este vestido verdaderamente sencillo.
Mediados del Siglo XIX:
En los mediados del siglo XIX los vestidos de baño cubrían la mayor parte de la figura femenina. Estas prendas se destacaron en Godey’s Lady’s Book en 1864. Los bloomers largos exhiben la influencia de las ideas innovadoras de Amelia Bloomer para la ropa de baño de las mujeres. Los pantalones “turcos” y los vestidos “paletot” están hechos de una tela de franela pesada que seguramente pesaría para no flotar en el agua.
Cabinas de baño:
En los balnearios donde el agua era muy poco profunda cerca de la playa, la gente se desvistió en pequeñas casitas sobre ruedas, que eran arrastradas hasta el agua por caballos y arrastradas a la orilla cuando terminaba el baño. En los grandes complejos, cientos de estos carros estaban en el agua a la vez. Las ruedas anchas apenas dejaban huella en el suelo de arena blanca de la playa.
La cabina de baño permitía a una mujer victoriana poder pasar el día en la playa en completa privacidad. Después de que el caballo llevara la cabina al mar, la mujer del siglo XIX se cambiaría de sus enaguas y se vestiría con su bañador.
En los 1890s:
En ésta foto de jóvenes señoras están disfrutando de un baño en el mar, el traje de baño que llevan era lo último de los 1890s. Las mujeres suelen vestirse con vestidos de lana de manga larga negra, hasta la rodilla, a menudo con un cuello de marinero y vestidos con calzones. El traje de baño era típico llevar medias negras largas, zapatillas de baño de lujo con cordones y gorras de lujo. Observe las medias punteadas y el sombrero de sol atado con alambre usado por la nadadora joven al frente de la fotografía.
Zapatos de baño:
A finales de 1800 y principios de 1900, en los trajes de baño era típico llevar largas medias negras, zapatillas de baño con cordones y gorras de lujo. Las zapatillas de baño eran muy necesarias, sobre todo en las playas pedregosas para protegerse de ellas o de cristales rotos, conchas y guijarros que podían cortar o magullar los pies. Estos zapatos de playa estaban hechos de suelas de paja retorcida o fieltro con sarga bordada o topes anti-choque y cordones. A menudo estaban disponibles en tiendas de costa. Para estar a la moda, se añadiría un poco de adorno, como un trozo de trenza escarlata convertido en rosetones o arcos. La cinta también se añadió a los zapatos de fieltro y se cruzó sobre el pie y el tobillo, y luego se ataba por encima de ella en un arco con los extremos cortos. Los zapatos de baño mostrados en la fotografía están atados con cordones rosados.
En 1900:
A finales del siglo XIX la gente se reunía en las playas para realizar actividades populares de costa, como la natación, el surfeo, y el buceo. Los torpes trajes de baño de estilo victoriano eran entonces pesados, por lo que se necesitaba de un nuevo estilo de trajes de baño que conservara la modestia, pero que fuera lo suficientemente libre para permitir que se pudiera realizar la natación.
En 1910:
En 1910 los trajes de baño ya no camuflan los contornos del cuerpo femenino. Las largas telas usada en faldas de baño y los bloomers Victorianos se redujeron para demostrar un poco más de la figura y para permitir la exposición al sol.
En 1915:
Hasta las primeras décadas del siglo XX, la única actividad para las mujeres en el mar implicaba saltar a través de las olas mientras se aferraba a una cuerda unida a una boya. En 1915, las mujeres atletas comenzaron a compartir el deporte real de la natación con los hombres y por lo tanto comenzó a reducir la cantidad de tela pesada utilizada en sus trajes de baño.
Años veinte:
A principios de la década de 1920 los trajes de baño de las mujeres se redujeron a una prenda de una pieza con una larga tapa que cubría los pantalones cortos. Aunque las medias que se emparejaban todavía se usadas, el traje de baño comenzó a encogerse, y más piel fue expuesta de la parte inferior de los troncos. A mediados de la década de 1920 la revista Vogue estaba diciendo a sus lectores que “lo más nuevo para el mar es un bañador muy parecido a un maillot “.
En la actualidad, en pleno siglo XXI, los bañadores se han convertido en piezas pequeñas ya que a diferencia de hace dos siglos, actualmente se desea tener el máximo del cuerpo expuesto al sol para obtener un bronceado total.
Para mujeres disponemes de los bañadores de cuerpo entero, o los bañadores de 2 piezas llamados bikini, y para hombre existen los slips, parecidos a los calzoncillos, pero fabricados en tela sumergible al agua, y por otro lado los bañadores tipo “shorts”. También puedes necesitar junto a los bañadores complementos de playa.
Desde el mes de Marzo del 2017, la empresa NAUTICADECOR de Sant Cugat del Vallès especializada en decoración marinera, modelismo naval y lo relacionado con la decoración con “pasión por el mar”, está colaborando con el Ayuntamiento de Sitges, concretamente con el “Consorcio de Patrimonio de Sitges” ubicado en el famoso edificio del CAU FERRAT, en la restauración de la colección de maquetas y modelos
navales realizados por Emerencià Roig i Raventós (Sitges, 1881 – Barcelona, 1935), y donados al Ayuntamiento de Sitges por su hermano Josep. (más…)
Una vez al mes, es tradición ocupar la calle con todas las antigüedades y curiosidades que allí puedas encontrar, así de memoria, os diré que existen varios establecimientos de mobiliario antiguo restaurado o no, bicicletas vintage, una tienda solamente de letras y adornos navideños hechos en madera, jarrones antiguos, alfombras, otra caseta estaba llena de cámaras fotográficas antiguas (desconozco si funcionan o no). En fin, es un placer para los sentidos para todos los que nos gusta el valor de lo vintage y hecho a mano.
Nuestros clientes dicen: "Nunca me han defraudado, completamente fiables, gran atención al clientes y sobre todo, mejores precios."
barcas barco en botella Barcos de pesca buques caracolas Cartas Náuticas Cuadro Nudos Decoración Descuentos exposiciones Faros instrumentos Lámparas maquetas a medida Maquetas barcos Moda Náutica museo maritimo Navidad Negocio Piratas Prensa Regalos Marineros Relojes Remos Restauración Salón Náutico Timones Toallas vajilla irrompible Velero